En realidad se titula THE GOOD, THE BAD & THE UGLY, así en inglés, con los nombres tachados, pero también en italiano IL BUONO, IL BRUTTO, IL CATTIVO o en español EL BUENO, EL FEO Y EL MALO y se trata de un proyecto artístico de 2010 del fotógrafo y artista Sergio Belinchón (Valencia, 1971).
Belinchón ha reconstruido plano por plano las 2:42 horas que dura el western de Leone volviendo a los lugares de rodaje originales en Almería, Burgos y Madrid con la particularidad que en esta nueva versión no aparece ninguna persona, ausencia que se hace patente desde las tachaduras del título. El único rastro de presencia humana se ciñe a la banda sonora del film, mantenida sin alteraciones: la partitura de Morricone y los sonidos y diálogos originales, que ponen a prueba la cultura y la memoria cinematográfica del espectador.
Sin los personajes en pantalla, los cambios de planos, los movimientos de cámara y los encuadres parecen carecer de motivación, como si obedeciesen a órdenes incomprensibles. El espacio vacío –desde la perspectiva humana, cabría matizar- se convierte así en el verdadero protagonista de la película. Los paisajes y los decorados, que constituyen habitualmente el fondo sobre el cual transcurre la historia, pasan aquí a un primer plano, reclamando atención. A veces aparece el fondo en negro y se corresponde con partes filmadas originalmente en estudio. Teóricamente, Belinchón podría haber optado por el borrado digital de los personajes, como hace puntualmente en los títulos de crédito con sus nombres y rostros, pero con la refilmación añade una capa adicional de lectura a la obra, en tanto que documenta el aspecto del lugar en la actualidad.
Un visionado en paralelo pondría de relieve las diferencias en la misma localización tras el paso de los años y la retirada de los atrezzos provisionales de la ficción: algunas construcciones han desaparecido, mientras que otras permanecen en pie, acicaladas para los turistas, una hilera de postes eléctricos se yergue hoy en el mismo horizonte, un tren moderno circula ahora veloz por donde lo hacía en el film un anacrónico ferrocarril; una carretera asfaltada aparece donde antes sólo había un camino de tierra. Pero lo que no ha cambiado es el perfil de las montañas, que Belinchón encuadra desde idéntico punto de vista, las formas de las rocas o los colores de la tierra; ese paisaje virgen, maleable y fraudulento, escenario de ficciones, desierto de espejismos. Es como si el bueno, el malo y el feo visitasen, en espíritu, los espacios de sus orígenes, donde ya solo hay memoria.
Técnico Superior en Fotografía, Sergio Belinchón vive en Berlin donde con otros artistas abrió hace unos años la Galería de Arte Invaliden1.
La película se ha proyectado en varias exposiciones, Madrid y Berlin entre otros:
A continuación se puede ver el Trailer GBU que ha realizado Sergio Belinchón y se puede comparar con el trailer original de la película:
Aquí podemos ver un ejemplo de 13 minutos de distintos fragmentos significativos de la película de Sergio Belinchón. En la parte de abajo se va proyectando la película original para poder comparar como han cambiado los lugares con el paso del tiempo.
Muy interesante como Belinchón ha localizado los puntos exactos donde se colocaron las cámaras en 1966.
Para la tarea de localizaciones han colaborado con él Ramón Watts, Peter J. Hanley y Richard de TucoTours.
Se recomienda ponerlo a pantalla grande:
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